Cuando nacemos y comenzamos a crecer entramos a una carrera
la cual es parte de la sociedad y necesidades que hemos ido desarrollando, la
cual nos lleva a un ciclo de estudiar en la escuela, luego el colegio, la
Universidad, mas idiomas, una segunda carrera profesional, especializaciones,
etc. Que, si bien no es que estén mal educarse, aprender algo que te gusta y
llenarte de conocimiento. A veces en esa carrera olvidamos o no dedicamos el
tiempo correcto como hijos de Dios a un espacio de relación con Él.
El mundo y su afán.
Si bien como decía al principio el mundo y sus promesas nos
hacen caer en ese ciclo vicioso de siempre necesitar más y lamentablemente
muchos que caemos seducidos por eso, quitamos espacio y tiempo para lo que
realmente importa desde Dios que es lo primero que debemos tener en nuestra
mente-corazón hasta inclusive nuestros seres queridos, por este afán que cae
inclusive en el pecado capital de la avaricia y la gula, en la palabra de Dios
encontramos una advertencia de esto.
Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad
de Dios permanece para siempre.
1 Juan 2:17
Haciendo énfasis en la primera parte del versículo
encontramos que Dios nos recuerda que nuestra vida mortal y efímera es
temporal; lo que anhelamos y a veces deseamos con tanta fuerza se va acaba, se
deteriora, se termina o simplemente es algo que queda atrás.
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el
orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos, tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni
hurtan.
Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón.
Mateo 6:19-21
En este versículo nos advierte lo mismo que no nos afanemos en
hacer riquezas en el mundo ya que al final se pierden, si no que busquemos
tesoros del cielo, porque ahí estaría nuestro corazón.
Así que esto nos lleva al titulo de la entrada “Buscad las
cosas de arriba”, esta frase lo encontramos en el pasaje,
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y
todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6:33
Dios nos da esta promesa, para que primero lo busquemos a Él,
confiemos en que así será, todo lo que necesitamos nos será provisto. Nos los
recuerda muchas veces recibiremos lo justo y necesario, e incluso nos bendiga
en abundancia.
Concluimos en que a veces el mundo nos tienta con sus hermosas cosas, y si bien no es que sea pecado quererlas o comprarlas, el pecado radica en que esto sea nuestra única meta.
El despertar o dormir pensando en como obtenerlas, en que la
necesito, en que lo es todo, dejando de lado a Dios, en dejar de lado el
espacio para hablar con Él a través de la oración, dándole gracias por todo y pidiéndole
que nos brinde el pan de cada día que nunca nos falte.
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