En la palabra de Dios existe un pasaje que nos aterriza la idea de que esperamos ver cuando conocemos a Dios.
Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a decir de Juan a la gente: ¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los que llevan vestiduras delicadas, en las casas de los reyes están.
Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta.
Mateo 11:7-9
Jesús cuando camino como hombre en la tierra lo respondió con una pregunta retórica ¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña sacudida por el viento?
Primeramente, debemos saber que la caña mencionada en este versículo, son un tipo de tallo que crece abundantemente en las diferentes fuentes fluviales que están cerca del Rio Jordán, también de agregar que es una planta muy frágil y pero que podría ser usada para crear báculos, de hay se asocia que la referencia hacia de un báculo usado por un Rey.
La primera parte de este versículo fue para defender a Juan el Bautista, para indicar que él, como una caña fuerte que no se deja doblegar por los fuertes vientos del desierto, no cambio su convicción a pesar de las dificultades, Juan el bautista fue alguien firme en la fe y con mucha confianza en lo que él creía y predicaba.
Poniendo en contexto de esa época, el pueblo de Israel esperaba que cuando llegara el Mesías iba a llegar como un libertador de la opresión que sufrían por parte del Imperio Romano. Por tanto, ellos esperaban un poderoso Rey, con un gran ejercito que con poder y fuerza iban a ser libres.
Muchas veces y principalmente antes de tener a Jesucristo en nuestro corazón pensamos en, ¿por qué Dios no baja desde el tercer cielo?, ¿Por qué no lo hace lanzando rayos o luces?, ¿Por qué no demuestra su poder y cambia los corazones de los malos?
Jesús, aunque cumplía con todo lo que esperaban, él vino a la tierra como un humilde ser humano para servir al mundo y no ser servido como una deidad. Quería que, mediante el amor, se volvieran muchos a Dios y pidieran perdón por sus pecados.
Adaptándonos a la actualidad, si bien confieso que las películas de superhéroes me gustan, debemos tener muy presente las palabras de Jesús. Y seguir su ejemplo de humildad, servicio y amor.
En ocasiones de la vida tenemos una oportunidad de liderazgo, y debemos, no solo como cristianos, si no por amor al prójimo. tener muy presente el acto de servir, humildad, respeto a los demás, el reconocer un gran esfuerzo y un buen trabajo.
Seamos como una caña que no se doblega con el viento de las vicisitudes del mundo, para mantenernos fuertes y firmes en la fe.
Seamos humildes, servidores y excelentes lideres de hogar, lideres empresariales, lideres de iglesia, lideres a como Jesús lo fue lleno de amor, compasión y sencillez.
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